lunes, 30 de marzo de 2015

El Candidato 1.0 contra  El Candidato 2.0

"Más sabe el diablo por viejo que por diablo."                                                                                                                     Refrán español.

La comunicación tradicional, la comunicación 1.0, la de una sola vía, esa que se produce sólo del emisor al receptor, está cambiando y evolucionado a una comunicación de dos vías, la del emisor al receptor, y de vuelta del receptor al emisor, más conocida ahora como comunicación 2.0. Y aunque las dos versiones convivan, cada vez más la tendencia es que lo 1.0 sea sustituido por lo 2.0.

En política, y más en periodos de campañas electorales, empieza a ser determinante el tipo de comunicación, tanto como el contenido o mensaje. Eso nos lleva a que los candidatos y sus comandos de campaña, tengan que definir si su abanderado será un Candidato Uno punto cero, o  Dos punto cero.

¿Y qué lo determina? ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál estilo es más rentable? ¿Es la edad un condicionante para ser 2.0? ¿La experiencia son galones? ¿Se identifica la juventud con lo 2.0? ¿Se relacionan las canas y lo 1.0?

En la España del 2015, de cara a las elecciones generales de noviembre, veremos que Mariano Rajoy, del Partido Popular, es un candidato con 59 años, que podría representar al candidato 1.0; mientras que Pedro Sánchez, del PSOE, 43 años, Pablo Iglesias, de PODEMOS, 36 años, y Albert Rivera, de Ciudadanos, 35 años, suman una media de 38 años y posiblemente representen lo 2.0 .

El estilo 2.0 está moviendo a los partidos políticos. La política es imagen y de momento está embadurnada de un gran desprestigio, y según las tendencias que podemos leer en la mayoría de los estudios de opinión, los electores quieren un cambio, buscan olvidarse del pasado reciente y necesitan algo nuevo. Como consecuencia, las formaciones políticas están buscando entre sus afiliados, gente sin pasado. No sólo que sean jóvenes, sino que además no tengas indicios de haber estado directa o indirectamente ligados con la corrupción y las trampas. Buscan que no tengan relación con las formas de hacer la política tradicional, porque lo primordial no es que sea joven, lo importante es que sea nuevo, renovador. Lo relevante no es tanto la cara nueva como el estilo, las nuevas formas y mensajes y el mejor uso de los canales de comunicación, sobre todo los Mass Media. Dadas todas las denuncias de corrupción en medio de la terrible crisis económica, es fácil deducir que los votantes aspiran un nuevo tipo de político que esté preparado para interactuar y conversar con ellos, cosa que no hace la mayoría de políticos, desfasados e incapaces de adaptarse a los nuevos contextos y formatos para relacionarse con la gente.

Pero como el mercado de electores no es homogéneo habría que admitir que cada uno de los candidatos tiene su público, ese voto duro que los sigue hagan lo que hagan. Para los jóvenes en general y para los que votarán por primera vez, el tema de los Padres de la Democracia y de la Transición ya es un pasado remoto y tienen asumido los derechos que les brinda la democracia, de tal manera que para ellos es más importante que sea la Nueva Política frente a la Vieja Política, que si se es de izquierda o de derecha. Por contraparte la gente mayor sí se identifica con la Transición y los valores de la democracia, valores que no han sido traspasados y bien vendidos a las nuevas generaciones. De ahí, que los jóvenes asumen que el sistema democrático degeneró en corrupción y lo único valido es una renovación y sacudida política.

Posiblemente ha sido una coincidencia la aparición de nuevos actores con este momento en el que la gente pide renovación, pero también los estrategas alguna cuenta se habrán dado. Todos, salvo el Partido Popular presentan caras nuevas. Mariano Rajoy es y será el político clásico, de traje y de corbata, muy cauto y comedido en sus palabras. Más cerca estará Pedro Sánchez, con varios años de experiencia en el Congreso, mientras Albert Rivera y Pablo Iglesias representan a la juventud, hablan de tú a tú con los ciudadanos, en su propia jerga o lenguaje.

El no haber gobernado hace que Iglesias y Rivera lleven viento en popa y arrasen en las encuestas entre los menores de 30 años, además de ser tuiteros nativos capaces de manejar las redes sociales con soltura; pero tienen un problema, y es su falta de experiencia gobernando, lo que los coloca lejos de la población de 30 años hacia arriba, al margen del discurso amenazador de ultraizquierda de Iglesias. Para balancear las cargas se sabe que el 80% del electorado mayor de 60 años vota al PP y al PSOE.

Finalmente podríamos decir que en el PSOE se dieron cuenta a tiempo de la necesidad de cambiar las caras, pero en el PP al parecer no, y a esta fecha ya es muy tarde para intentar cambiar de protagonista, amén que siendo Rajoy el Jefe del Gobierno y el Gran Jefe del partido, no habrá quien le ponga el cascabel al gato.

¿Juventud vs Experiencia?  ¿Estabilidad vs cambio? ¿Lo nuevo frente a lo viejo?

Queda mucha agua por pasar debajo del puente y la sabiduría popular nos dice que "Más sabe el diablo por viejo que por diablo”, aunque la misma sabiduría también recuerda que “Cuando hay santos nuevos los viejos no hacen milagros…”

Eduardo Guerra B.
Analista político y representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.                                            www.elperiscopioelectoral.blogspot.com.es                                                                               www.elblogoferoz.com                                                                                                                      Twitter: @eduardoguerrab.


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