Ser de “izquierdas” de
“centro” o de “derechas”
“El que no es de izquierdas a los 20 años no tiene corazón, pero el que
a los 40 lo sigue siendo no tiene cerebro”
Winston Churchill.
Cuando uno
escucha a los distintos voceros de los partidos políticos, sobre todo en
campaña electoral; decir que su partido es de izquierdas, derechas o centro,
siempre me pregunto, si a el público al que le quieren llegar, sabe realmente
lo que le están pretendiendo decir.
Y es que
estos conceptos tan complejos cada día más se difuminan en el tiempo, de tal
manera, que para simbolizarlos, casi siempre se recurre a una serie de valores
y vocablos que aspiran a representarlos. Si uso coleta, vaqueros y mochila,
¿Soy de izquierdas? Si uso trajes de marcas, maletín de piel y gafas de diseño
¿Soy de derechas? Si escucho a Pablo Milanés y a Silvio Rodríguez, ¿Soy de
izquierdas? China es un país comunista, de Izquierda en buenos términos, sin embargo es
el país más capitalista del mundo, entonces, ¿Es de izquierda o de derecha?
Revisando la historia reciente del Siglo XX, nos encontramos que ambas
ideologías fueron llevadas al extremo (fascismos de derecha: Hitler, Mussolini,
Franco, Pinochet) y (fascismo de
izquierda: Stalin, Mao, Fidel, Chávez). Dichos sistemas socio-políticos se han
visto sobrepasados por el modelo de la sociedad civil actual, tecnológica e
informática, con acceso a datos que antiguamente cualquiera de los bloques habría censurado en su afán por
limitar la información. Ser totalmente de izquierda o totalmente de derechas es
hoy en día caricaturesco y obsoleto.
¿Y
de donde provienen los términos derecha, izquierda y centro?
Los historiadores recogen dos versiones:
a)
Esta diferenciación de doctrinas se gestó en el Siglo
XIII, en Gran Bretaña, durante el reinado de Eduardo I, cuando
comienza a establecerse de manera informal la Cámara de los Comunes, separada
de la Cámara de los Lores. “Aparece poco
después la figura del “speaker” o moderador, representante en un principio del
rey, quien efectivamente dividió a dicha cámara en dos, los que se sentaban a
la izquierda, los liberales primero y laboristas luego, y los que se sentaban a
la derecha, los conservadores”.
b)
La otra versión ubica su origen en 1789, en plena
Revolución Francesa. “Por entonces los Estados
Generales o Asamblea Constituyente, la conformaban tres grupos: la Nobleza, el
Clero y el Pueblo. Se ubicaban siempre en los mismos lugares cada grupo. Y si
uno los miraba de frente, la Nobleza se hallaba a la derecha; el Clero en el
centro y el Pueblo a la izquierda. Según parece de allí surgió y para siempre
esa identificación”.
¿Por qué los partidos políticos
tienden al centro?
Para tratar de explicarlo, les propongo hacer un ejercicio de
imaginación y abstracción: Imagínese una línea recta, horizontal, que mide 100
kilómetros. A lo largo de toda ella está la población votante, el 100% del
padrón electoral.
Viendo la línea de frente, ubique en
el extremo de la línea, del lado izquierdo (en el Km “0”) a un partido político
de izquierda. Luego haga lo mismo al
otro extremo derecho (en el Km “100”) y ubique a un partido de derecha. En el Km “50”, justo a la mitad
de la línea imaginaria será el propio centro.
Supongamos ahora que el partido de la izquierda se mueve al Km “25”, con lo que
se acerca más al centro, y le empieza a robar terreno y población electoral al
partido de la derecha. Acto seguido el partido de la derecha se mueve hasta el
Km “75”, y de esta forma se acerca también al centro, igualándose al partido de
la izquierda. Al final ambos se mueven
al Km “50” y terminan pareciéndose, o casi siendo lo mismo. En este ejercicio
se supone que ambos partidos son hegemónicos, los únicos actores, y que llenan
en su totalidad sus extremos. Pero en la práctica no es así. En el extremo izquierdo
nacen otros partidos de izquierda, dado que el primero ha ido abandonando ese
terreno, e igual situación le ocurre al partido de la derecha.
Este
ejercicio tan simple puede ayudar a entender por qué el movimiento de los
partidos políticos hacia el centro aumenta, con la consecuente pérdida del
monopolio del voto duro que cada uno ejercía sobre su mitad. Tal movimiento
ocasiona que la ciudadanía vote cada vez más por razones pragmáticas o
coyunturales, y no por razones ideológicas o de largo plazo. Otro escenario
posible es cuando alguna organización se autonombra con algún concepto tan
general y de tal aceptación social, que hace prácticamente imposible atacarla,
intentando monopolizar toda la línea imaginaria, por ejemplo ecologistas o
demócratas, contra quienes nadie en su sano juicio político estaría en contra.
En la ecología y la democracia cabe todo.
Finalmente,
trate de ubicar a los principales partidos españoles en esa línea imaginaria.
¿Donde ubicaría al PSOE, y en que Km al PP? ¿PODEMOS estaría en el Km “1”? ¿Y
Coalición Canaria, CIU, UPyD, serían fácil ubicarlos en algún Km?
En
verdad, la política, la ideología, la lucha de clases, la propiedad privada, el
colectivismo vs el individualismo, la igualdad y la justicia social, el respeto
por la vida, el derecho a decidir, la libertad de expresión, la democracia, el
estado omnipotente vs el individuo, todos estos conceptos y valores, son mucho
más que una línea imaginaria, pero todos están incluidos entre esas dos grandes
doctrinas que hoy por hoy mueven a la humanidad. Hace falta un poco más de
ideología, pero sin perder el pragmatismo que nace, justamente, de los defectos
y virtudes de la naturaleza del hombre.
Eduardo Guerra B
Analista
político, y representante en España de la empresa Estudios y Organización
Eugenio Escuela.