lunes, 27 de octubre de 2014

Ser de “izquierdas” de “centro” o de “derechas”

“El que no es de izquierdas a los 20 años no tiene corazón, pero el que a los 40 lo sigue siendo no tiene cerebro”                                                                                                        
Winston Churchill.

Cuando uno escucha a los distintos voceros de los partidos políticos, sobre todo en campaña electoral; decir que su partido es de izquierdas, derechas o centro, siempre me pregunto, si a el público al que le quieren llegar, sabe realmente lo que le están pretendiendo decir.

Y es que estos conceptos tan complejos cada día más se difuminan en el tiempo, de tal manera, que para simbolizarlos, casi siempre se recurre a una serie de valores y vocablos que aspiran a representarlos. Si uso coleta, vaqueros y mochila, ¿Soy de izquierdas? Si uso trajes de marcas, maletín de piel y gafas de diseño ¿Soy de derechas? Si escucho a Pablo Milanés y a Silvio Rodríguez, ¿Soy de izquierdas? China es un país comunista, de Izquierda en buenos términos, sin embargo es el país más capitalista del mundo, entonces, ¿Es de izquierda o de derecha?

Revisando la historia reciente del Siglo XX, nos encontramos que ambas ideologías fueron llevadas al extremo (fascismos de derecha: Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet) y  (fascismo de izquierda: Stalin, Mao, Fidel, Chávez). Dichos sistemas socio-políticos se han visto sobrepasados por el modelo de la sociedad civil actual, tecnológica e informática, con acceso a datos que antiguamente cualquiera  de los bloques habría censurado en su afán por limitar la información. Ser totalmente de izquierda o totalmente de derechas es hoy en día caricaturesco y obsoleto.                                                                    
¿Y de donde provienen los términos derecha, izquierda y centro?

Los historiadores recogen dos versiones:
a)     Esta diferenciación de doctrinas se gestó en el Siglo XIII, en Gran Bretaña, durante el reinado de Eduardo I, cuando comienza a establecerse de manera informal la Cámara de los Comunes, separada de la Cámara de los Lores. “Aparece poco después la figura del “speaker” o moderador, representante en un principio del rey, quien efectivamente dividió a dicha cámara en dos, los que se sentaban a la izquierda, los liberales primero y laboristas luego, y los que se sentaban a la derecha, los conservadores”.
b)     La otra versión ubica su origen en 1789, en plena Revolución Francesa. “Por entonces los Estados Generales o Asamblea Constituyente, la conformaban tres grupos: la Nobleza, el Clero y el Pueblo. Se ubicaban siempre en los mismos lugares cada grupo. Y si uno los miraba de frente, la Nobleza se hallaba a la derecha; el Clero en el centro y el Pueblo a la izquierda. Según parece de allí surgió y para siempre esa identificación”.

¿Por qué los partidos políticos tienden al centro?                                                                

Para tratar de explicarlo, les propongo hacer un ejercicio de imaginación y abstracción: Imagínese una línea recta, horizontal, que mide 100 kilómetros. A lo largo de toda ella está la población votante, el 100% del padrón electoral.

Viendo la línea de frente, ubique en el extremo de la línea, del lado izquierdo (en el Km “0”) a un partido político de izquierda. Luego haga lo mismo al otro extremo derecho (en el Km “100”) y ubique a un partido de derecha. En el Km “50”, justo a la mitad de la línea imaginaria será el propio centro. Supongamos ahora que el partido de la izquierda se mueve al Km “25”, con lo que se acerca más al centro, y le empieza a robar terreno y población electoral al partido de la derecha. Acto seguido el partido de la derecha se mueve hasta el Km “75”, y de esta forma se acerca también al centro, igualándose al partido de la izquierda.  Al final ambos se mueven al Km “50” y terminan pareciéndose, o casi siendo lo mismo. En este ejercicio se supone que ambos partidos son hegemónicos, los únicos actores, y que llenan en su totalidad sus extremos. Pero en la práctica no es así. En el extremo izquierdo nacen otros partidos de izquierda, dado que el primero ha ido abandonando ese terreno, e igual situación le ocurre al partido de la derecha.

Este ejercicio tan simple puede ayudar a entender por qué el movimiento de los partidos políticos hacia el centro aumenta, con la consecuente pérdida del monopolio del voto duro que cada uno ejercía sobre su mitad. Tal movimiento ocasiona que la ciudadanía vote cada vez más por razones pragmáticas o coyunturales, y no por razones ideológicas o de largo plazo. Otro escenario posible es cuando alguna organización se autonombra con algún concepto tan general y de tal aceptación social, que hace prácticamente imposible atacarla, intentando monopolizar toda la línea imaginaria, por ejemplo ecologistas o demócratas, contra quienes nadie en su sano juicio político estaría en contra. En la ecología y la democracia cabe todo.

Finalmente, trate de ubicar a los principales partidos españoles en esa línea imaginaria. ¿Donde ubicaría al PSOE, y en que Km al PP? ¿PODEMOS estaría en el Km “1”? ¿Y Coalición Canaria, CIU, UPyD, serían fácil ubicarlos en algún Km?

En verdad, la política, la ideología, la lucha de clases, la propiedad privada, el colectivismo vs el individualismo, la igualdad y la justicia social, el respeto por la vida, el derecho a decidir, la libertad de expresión, la democracia, el estado omnipotente vs el individuo, todos estos conceptos y valores, son mucho más que una línea imaginaria, pero todos están incluidos entre esas dos grandes doctrinas que hoy por hoy mueven a la humanidad. Hace falta un poco más de ideología, pero sin perder el pragmatismo que nace, justamente, de los defectos y virtudes de la naturaleza del hombre.

Eduardo Guerra B


Analista político, y representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.

lunes, 20 de octubre de 2014


¡LA JUVENTUD! Ese difícil territorio a conquistar por los partidos políticos.

La juventud sabe lo que no quiere antes de saber lo que quiere.                    
Jean Cocteau (1889-1963, Poeta y Novelista Francés)

Es un hecho cierto que en todos los países del mundo, la juventud es un segmento de la población difícil de atraer por los partidos políticos. Las razones pueden ser muchas, pero dada su capacidad de motivar e influenciar en la opinión pública, los votos de los jóvenes son vitales para cualquier candidato que quiera ganar su elección.

La baja participación juvenil está más ligada a la falta de integración al sistema democrático, que a la desvalorización por parte de los jóvenes al sistema mismo. De aquí que nos preguntemos, ¿Por qué no votan? ¿Por qué su escaza participación?

Cuando se les ha preguntado, la mayoría de ellos responde que sienten que los políticos no se preocupan por los problemas de la juventud, y que no se identifican  con el discurso político de la mayoría de los candidatos. Estas razones dan a entender que existe una especie de abismo que separa al mundo político, del mundo de la juventud, lo que genera un círculo vicioso, en el cual los candidatos no les hablan a los jóvenes porque éstos no votan, y la juventud no participa porque no los toman en cuenta.

¿Y a cuantos jóvenes hay que conquistar? ¿Cuántos son?

Según datos del padrón electoral de España, para las elecciones europeas 2014, estas eran las cifras:
Ø  Jóvenes ubicados entre los 18 y los 29 años, total España: 5.084.035 (14,74% del total de electores España).
Ø  Jóvenes ubicados entre los 18 y los 29 años, total Canarias: 253.040 (16,68% del total Canarias).
Ø  Jóvenes ubicados entre los 18 y los 29 años, total Las Palmas: 134.625 (17,08% del total Las Palmas).
Ø  Jóvenes ubicados entre los 18 y los 29 años, total Sta. Cruz de Tnfe: 118.415 (16,24% del total Sta. Cruz de Tenerife).

Viendo las cifras, podemos concluir que los jóvenes son en promedio el 15%  del total del padrón electoral. Y si es así. ¿Por qué son tan importantes para los partidos y los candidatos en tiempos de campaña?, ¿Si hay otros grupos etarios de mayor volumen poblacional?

Porque son los jóvenes los primeros en salir a pegar los carteles, son los que están destinados a realizar las campañas puerta a puerta, porque para ellos es tan importante la ideología como lo material, porque la decisión de su voto es más emocional que racional y porque son la bujía que inicia los cambios de ciclos, los cambios de era, son los que inician las revoluciones y los cambios profundos, así lo demuestra la historia.

Pero para convencer a los jóvenes no basta con hacerse una cuenta en Twitter y otra en Facebook, por el solo hecho que ellos manejan bien las redes sociales y les encanta la tecnología y los teléfonos inteligentes. No basta con usar coleta, vaqueros y una mochila.
Los estrategas de la campaña deben acercarse lo más posible a su lenguaje, al argot propio de la juventud. Saber cuáles son sus expectativas de futuro, que hoy por hoy, ya no es solo poder estudiar y formarse en la universidad.

Dado los altos índices de desempleo, es más convincente ofrecerles un trabajo con un salario digno que les permita seguirse labrándose el futuro.
Es verdad, las redes sociales son imprescindibles para llevarles el mensaje, pero la música, los actos proselitistas, las grandes concentraciones son de vital importancia porque generan ese espíritu de equipos que crea sinergias. Actividades recreativas, deportivas, culturales y formativas los estimula a participar en la campaña y sentirse parte de ella. Saberse actores importantes y determinantes en los resultados finales, los motiva más allá de sus capacidades, y eso es la gasolina de cualquier campaña.

Finalmente, las recomendaciones de librito para cualquier candidato que aspire el voto joven, podrían resumirse en estos consejos:

   >   No aparente ser más joven de lo que es. Muéstrese de acuerdo a su edad real.
   >  No trate de mimetizarse con los jóvenes ni en lenguaje, ni en ropa, ni en aspecto personal, ni en estilo de vida. Gánese el respeto por ser quien es realmente.
   > Abra espacios de fuerte protagonismo juvenil en su partido. Que ellos sean protagonistas con su propio estilo
   > Escuche a los jóvenes de su entorno. Dedíqueles tiempo y atención. Seguramente tienen mucho que decirle
   > Olvide la frase hecha de que los jóvenes son el futuro. Es cierto que lo son, pero en realidad ellos viven hoy. Sus problemas, sus necesidades y sus deseos son del presente más presente. 
   > Estudie en profundidad cuales son los 2 o 3 problemas más importantes que viven los jóvenes de su país, ciudad o región. Más importantes para ellos, no para Ud.
   > Dele a la gente joven lugares de responsabilidad en su partido, su campaña, su gobierno. No los confines a las “políticas juveniles”. Abra el campo para que jueguen en primera división. 
   > Se necesita un enemigo claro. Algo o alguien que sea un obstáculo en el desarrollo de su país, ciudad o región. Algo o alguien hacia donde canalizar el espíritu crítico del electorado joven.

Eduardo Guerra B

Analista político y representante de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela

lunes, 13 de octubre de 2014


¿Si las elecciones fueran hoy? 

¿Cuál encuestadora ganaría…?
          

“Las encuestas son esenciales pero no hay que dejarse engañar por ellas”
JOSEPH NAPOLITAN (Consultor Político Norteamericano, 1929 - 2013)


El prestigioso consultor político, Joseph Napolitan, quien trabajó en más de 100 campañas electorales de ámbito internacional y fundamentalmente en los EEUU, al que le atribuyen haber llevado a Kennedy a la presidencia, decía:

“La única razón práctica para hacer una encuesta es obtener información que ayude a ganar las elecciones. Si la encuesta no va a hacerlo, es mejor gastar el dinero en otra cosa. Quizás la información menos importante de una encuesta es la de quién va por delante en un momento dado. No se puede dirigir una campaña sin encuestas adecuadas, pero no se puede depender exclusivamente de ellas. Tampoco hay que hacerlas públicas a menos de que haya una rara y extremada buena razón para hacerlo”

En todos los países en donde se practica la democracia, en tiempos de campaña electoral, es muy común oír decir, “Yo no creo en las encuestas”, pero esta afirmación, no solo se le oye a la gente en la calle; los primeros en decirlo son aquellos políticos que ya saben que van perdiendo verdaderamente. Como contra-parte, también se escucha decir “Yo creo en las encuestas” pero muchas veces lo hacen solo si es su  candidato el que va adelante.

Para ser justos, es verdad que en las estrategias electorales, en más de una ocasión se han utilizado y divulgado encuestas amañadas, con el único objetivo de desmoralizar al competidor y a quiénes lo apoyan. La otra razón para difundir encuestas falsas, está basada en la creencia (también falsa), que la mayoría de la gente siempre quiere jugar a ganador, y así manipular a la opinión pública. Como en todas las profesiones del mundo, siempre habrá una oveja negra, y en el mundo de la consultoría política y electoral también las hay. Claro está, estas empresas van perdiendo la credibilidad y al poco tiempo tienden a desaparecer. Los consultores serios, que los hay, saben muy bien que aunque el contratante no le guste los resultados que ésta le presente, siempre será mejor decirle la verdad.

Existen diversas formas de hacer encuestas, y sobre todo en función del objetivo buscado. Las encuestas que buscan conocer y saber cuál es la situación del mercado electoral, las creencias de los votantes, a través de qué medios de información se enteran los electores de lo que pasa, cuales son los principales problemas de los que se queja la gente, en que zona geográfica se está bien y en cual no, etc., son de vital importancia para los estrategas de la campaña. No hacer las encuestas es ir a la contienda electoral a ciegas, es como tratar de pilotar un avión en medio de una tormenta, sin instrumentos de vuelo, solo volando visualmente.

Ahora bien, las encuestas hechas para medir la intención del voto, en efecto son las más complicadas de realizar e interpretar. Son solo una fotografía de un instante en la campaña.
Las opiniones de las personas no son unidades cuantificables ni medibles. Las opiniones están cambiando a cada momento, y no dependen de la lógica ni de la razón, a veces dependen más de acontecimientos inesperados, fortuitos. Existen muchos ejemplos en los que una tragedia, un atentado terrorista puede cambiar radicalmente la opinión de los electores, solo recodar el acto terrorista del  11 M en Madrid, ilustra esta observación.

Una encuesta que vaticina el triunfo de un candidato se puede equivocar de cabo a rabo, por un error de ese candidato. Al final puede ganar aquel candidato que cometa menos errores.
Las encuestas de opinión son como un bisturí, en manos de un cirujano dan la salud, en manos de un loco puede ser un arma mortal. La ciencia de la demoscopia no deja de ser ciencia porque algunos bribones se aprovechen de la buena voluntad de la gente; y así lo demuestran muchos ejemplos en los que aquellos candidatos, que le hicieron caso a sus asesores, y a lo que le decían las encuestas, ganaron su elección.                                                               

La historia avala esta aseveración. Las primeras encuestas modernas en el mundo las hizo el psicólogo, George Horatio Gallup, en 1932, cuando quiso congraciarse con su suegra, la Sra. Miller, quien aspiraba a un cargo electivo en el Estado de Iowa, EEUU. Finalmente, el año decisivo fue 1935, en el mes de julio, que Mr. Elmo Roper, comenzó a publicar de forma regular sondeos de opinión en la revista “Fortune”.

En conclusión, y dada la mala fama ganada por las encuestadoras por culpa de esas ovejas negras, toca reconocer que hoy por hoy, casi es necesario preguntar:

¿Si las elecciones fueran hoy? ¿Cuál encuestadora ganaría…?

Eduardo Guerra B


Analista político y representante en España de la empresa Estudio y Organización Eugenio Escuela. 

lunes, 6 de octubre de 2014

En la estrategia electoral. 
¿Quién es más importante?
¿El candidato o las siglas del partido?

 “El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador”
   Sir Francis Bacon (1561-1626, filósofo, político, abogado y escritor inglés.)

El ambiente crispado de la política española, y el alto grado de desafección política que demuestra la gente, esta haciendo reflexionar a los partidos políticos españoles, de cara a las próximas contiendas electorales de mayo y noviembre de 2015.

Y es que la tendencia en las formaciones políticas es presentar caras nuevas, relativamente caras jóvenes; como es el caso del PSOE, que en las primarias para elegir el Secretario General, eligieron a Pedro Sánchez; él que posiblemente sea también elegido como candidato a la presidencia del Gobierno de España.

Más cerca, en nuestras Islas, el principal partido de Canarias, Coalición Canaria, eligió recientemente como candidato a la presidencia del Gobierno de Canarias a, Fernando Clavijo, un joven y exitoso político que tiene el reto de mantener a su partido en el poder. También en Canarias, el PSOE se prepara para unas reñidas elecciones primarias para elegir al candidato a presidente del gobierno canario, en la que los tres candidatos son jóvenes con ganas de liderar su partido, Patricia Hernández, Carolina Darias y Gustavo Matos. A todas estas, si el Ministro, J.M. Soria, no decide ser el candidato, entonces el PP seguramente escogerá al joven, Asier Antona, Secretario General del PP en Canarias. Finalmente todo indica que, Pablo Iglesias, de PODEMOS, estará en la contienda por la presidencia del Gobierno de España.

¿Y es casualidad que sean todos caras jóvenes? ¿Será que la imagen/marca de los partidos es débil y necesitan candidatos carismáticos para ganar? ¿Cuál será la estrategia electoral más acertada? ¿Basar la campaña en el candidato, o en las siglas del partido? ¿Quién vende más? ¿Cuál es mejor marca?
Aunque todas las respuestas a estas preguntas son relativas, definitivamente la mejor estrategia sería vender las dos marcas, pero dependiendo de la coyuntura.

Ø  Si el partido está en el gobierno y ha realizado una buena gestión, el candidato se apoya en las siglas, y la estrategia es ofrecer la continuidad de la gestión.
Ø  Si el partido está en el gobierno, pero ha realizado una mala gestión, la estrategia es vender al candidato, su carisma, juventud y sus deseos de cambio.
Ø  Si el partido esta en la oposición, y el gobierno contrario ha realizado una buena gestión, se debería ver quien es más fuerte entre el candidato o las siglas, y potenciar al que tenga más fuerza.
Ø  Si el partido esta en la oposición, y el gobierno contrario ha realizado una mala gestión, entonces lo lógico es potenciar por igual ambas marcas y dar la pelea en todos los terrenos.

¿Por qué se ha dado el bipartidismo PP/PSOE en España? En principio porque solo hay dos marcas hegemónicas de ámbito nacional. ¿Por qué solo hay tres marcas gobernantes en Canarias, PP/PSOE/CC? Porque solo hay tres marcas bien definidas.

Tan simple como que el grueso del electorado, solo conoce estas marcas y no tiene muchas ganas de conocer más partidos, lo que se conoce como polarización y la economía del voto.

Su elección se basa más o menos en:

Ø  ¿Lo hicieron bien? Les sigo votando.
Ø  ¿Lo hicieron mal?  Voto a otros.

La mayoría de los votantes, en su mente, no diferencian tanto a una marca de la otra, tan solo  son dos o tres siglas. Si el votante decidió comprar al PSOE y le salió mal, en las próximas elecciones comprará PP, o a Coalición Canaria, alternativamente. Los electores regularmente no leen, ni comparan los programas que los partidos y candidatos ofrecen. ¿Y por qué? Porque se dejan llevar por el valor de la marca que le ahorra tiempo (Comparando diferentes opciones) y quebraderos de cabeza. Me atrevería a decir que el elector prefiere muchas veces “malo conocido que bueno por conocer”

En definitiva, los estrategas tienen muy presente una máxima del marketing electoral, esa que reza “Los productos se pueden copiar, sin embargo las marcas NO”.

Posiblemente la aparición de nuevas marcas como la de, PODEMOS, está amenazando a las marcas de los partidos tradicionales, y todo hace pensar que estas perderán una parte de su mercado, viéndose obligados a compartir sus electores. Y están tan claros los dirigentes de PODEMOS que deben cuidar su marca, que no participarán en las elecciones municipales de mayo 2015 con sus siglas, por no estar bien preparados; pero si potenciando una nueva sub-marca como “GANEMOS”.

No sería nada extraño que en el 2015, se repita con varios partidos políticos, lo que paso en la campaña electoral del 2011, en la que varios candidatos del PSOE no usaron el nombre, ni los colores del partido, por temor a ser arrastrados por la mala gestión del Gobierno.  Casi seguro, veremos una campaña 2015, en la que los candidatos sean más importantes propagandísticamente que las siglas de su partido.

Eduardo Guerra B.


Analista político y representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.