lunes, 23 de marzo de 2015

PODEMOS como marca  paraguas y sus sub-marcas, ¿estrategia fallida?

“El que mucho abarca, poco aprieta”
Refrán español.

En el marketing empresarial se conoce muy bien que bajo una marca paraguas se pueden cobijar varias sub-marcas, como estrategia para ocupar un mercado en los distintos segmentos. Existen muchos ejemplos exitosos, sobre todo de empresas transnacionales, con los que pudiéramos ilustrar esta introducción.

Pero en política, y más concretamente en política electoral, es poco usual, por no decir novedoso, que un partido político no se presente a las elecciones con sus propias siglas, y que recurra a la estrategia de participar con sub-marcas, especies de socios que no son socios. Y éste es el caso de PODEMOS para las elecciones municipales/autonómicas de mayo 2015, a celebrarse en España.

Se podría deducir que la cúpula de PODEMOS decidió no participar con su nombre propio, en la mayoría de las distintas comunidades autónomas. Entre otras cosas por no tener estructura (dirigentes, afiliados, sedes, etc.) de ámbito nacional, y en consecuencia no poder figurar como un partido exitoso, capaz de ganarle a todos en todas partes. Y aunque sus cabezas visibles, llámese, Pablo Iglesias, Errejón y Monedero ya explicaron que su principal objetivo es ganar las elecciones generales de noviembre 2015, al final se han visto obligados a medirse en todos los ayuntamientos del país.

El objetivo es o era, cuidar la marca PODEMOS, de tal manera que en noviembre de 2015 fueran unas siglas imbatibles, intentando montarse en la estrategia del caballo ganador (efecto band-wagon), así, si los resultados no son buenos, la culpa o responsabilidad no será de ellos, sino de sus socios-aliados, aunque si los resultados son buenos, el éxito sí sería de PODEMOS...

Otro objetivo bien definido por la Cúpula Podemista, pero ciertamente oculto, es asumir la representación de la franquicia del Socialismo del Siglo XXI, que no es otra cosa que el Castro-Chavismo, y por esa razón su principal objetivo es llegar a La Moncloa, y no desgastarse en la política de segundo nivel. El peligro para la democracia española es que el manual de la franquicia cubano-bolivariana, establece llegar al poder y no salir nunca. Si entran en La Moncloa no salen por las buenas. Si existiera alguna duda, sólo basta con ver lo que ocurre hoy con las franquicias en Nicaragua, Ecuador y Bolivia.

Los beneficios o pérdidas de esta estrategia están por verse. Al momento de escribir este artículo todavía no se han realizado las elecciones de Andalucía, y no sé si han tenido el éxito que las encuestas les daban, y como en esta ocasión, si se presentan con sus siglas, los resultados podrían  influenciar de forma determinante en la estrategia a seguir por PODEMOS en las elecciones de mayo y noviembre 2015.

Posiblemente a una empresa con fines de lucro, le resulte rentable abordar su mercado meta a través de distintas marcas, segmentando el mismo; pero a un partido político, cuyo principal producto es la ideología, le es muy difícil armonizar las distintas personalidades de sus aliados o socios políticos.  Sólo en Canarias se conocen tres planchas que aspiran a quedarse como los abanderados de las siglas PODEMOS para el Parlamento Canario. Las tres pugnan y dicen ser los elegidos, “Claro que Podemos”,  “Contigo Podemos” y “Unidos Podemos”, irán a unas primarias a ver quién manda, y lleve su lista a la Cámara de Diputados autonómicos. A estas planchas se presentarán todo tipo de personajes, arribistas, paracaidistas, gente que busca un cargo para lucrarse, advenedizos en la política, y claro está radicales de izquierda, frustrados de otros partidos, incluso algunos de derecha… todos apostando a caballo ganador. Al final, un roce y unas peleas que posiblemente los harán ir desunidos.

El problema para la cúpula de PODEMOS es que al otro día de las elecciones, los medios de comunicación tendrán que mostrar los resultados, agrupando y resumiendo en una tabla las posiciones alcanzadas por los grupos políticos que concursaron, y será inevitable que todos los grupos que se presentaron con el sufijo Podemos (Ganemos, Claro que Podemos, Unidos Podemos, etc.) los presenten como una sola sigla, las de PODEMOS, ganen o pierdan; para los medios y la gente serán la misma cosa, aunque se presente como marcas distintas, como sub-marcas.

Posiblemente ante la disyuntiva de presentarse o no a un ayuntamiento o parlamento, lo más práctico fue la estrategia de buscarse socios tipo franquiciados  junior, pero tratar de colarse sin asumir consecuencias me temo que no será posible, y como bien dice el refrán “El que mucho abarca, poco aprieta”, aunque se llame PODEMOS.

Eduardo Guerra B.

Analista político y representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.



Twitter: @eduardoguerrab.


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