PODEMOS como marca paraguas y sus sub-marcas, ¿estrategia fallida?
“El que mucho abarca, poco aprieta”
Refrán español.
En el
marketing empresarial se conoce muy bien que bajo una marca paraguas se pueden
cobijar varias sub-marcas, como estrategia para ocupar un mercado en los
distintos segmentos. Existen muchos ejemplos exitosos, sobre todo de empresas
transnacionales, con los que pudiéramos ilustrar esta introducción.
Pero en
política, y más concretamente en política electoral, es poco usual, por no
decir novedoso, que un partido político no se presente a las elecciones con sus
propias siglas, y que recurra a la estrategia de participar con sub-marcas,
especies de socios que no son socios. Y éste es el caso de PODEMOS para las
elecciones municipales/autonómicas de mayo 2015, a celebrarse en
España.
Se podría
deducir que la cúpula de PODEMOS decidió no participar con su nombre propio, en
la mayoría de las distintas comunidades autónomas. Entre otras cosas por no
tener estructura (dirigentes, afiliados, sedes, etc.) de ámbito nacional, y en
consecuencia no poder figurar como un partido exitoso, capaz de ganarle a todos
en todas partes. Y aunque sus cabezas visibles, llámese, Pablo Iglesias,
Errejón y Monedero ya explicaron que su principal objetivo es ganar las
elecciones generales de noviembre 2015, al final se han visto obligados a
medirse en todos los ayuntamientos del país.
El objetivo
es o era, cuidar la marca PODEMOS, de tal manera que en noviembre de 2015
fueran unas siglas imbatibles, intentando montarse en la estrategia del caballo
ganador (efecto band-wagon), así, si los resultados no son buenos, la culpa o
responsabilidad no será de ellos, sino de sus socios-aliados, aunque si los
resultados son buenos, el éxito sí sería de PODEMOS...
Otro
objetivo bien definido por la Cúpula Podemista , pero ciertamente oculto, es
asumir la representación de la franquicia del Socialismo del Siglo XXI, que no
es otra cosa que el Castro-Chavismo, y por esa razón su principal objetivo es
llegar a La Moncloa ,
y no desgastarse en la política de segundo nivel. El peligro para la democracia
española es que el manual de la franquicia cubano-bolivariana, establece llegar
al poder y no salir nunca. Si entran en La Moncloa no salen por las buenas. Si existiera
alguna duda, sólo basta con ver lo que ocurre hoy con las franquicias en
Nicaragua, Ecuador y Bolivia.
Los
beneficios o pérdidas de esta estrategia están por verse. Al momento de
escribir este artículo todavía no se han realizado las elecciones de Andalucía,
y no sé si han tenido el éxito que las encuestas les daban, y como en esta
ocasión, si se presentan con sus siglas, los resultados podrían influenciar de forma determinante en la
estrategia a seguir por PODEMOS en las elecciones de mayo y noviembre 2015.
Posiblemente
a una empresa con fines de lucro, le resulte rentable abordar su mercado meta a
través de distintas marcas, segmentando el mismo; pero a un partido político,
cuyo principal producto es la ideología, le es muy difícil armonizar las
distintas personalidades de sus aliados o socios políticos. Sólo en Canarias se conocen tres planchas que
aspiran a quedarse como los abanderados de las siglas PODEMOS para el
Parlamento Canario. Las tres pugnan y dicen ser los elegidos, “Claro que
Podemos”, “Contigo Podemos” y “Unidos
Podemos”, irán a unas primarias a ver quién manda, y lleve su lista a la Cámara de Diputados
autonómicos. A estas planchas se presentarán todo tipo de personajes,
arribistas, paracaidistas, gente que busca un cargo para lucrarse, advenedizos
en la política, y claro está radicales de izquierda, frustrados de otros
partidos, incluso algunos de derecha… todos apostando a caballo ganador. Al
final, un roce y unas peleas que posiblemente los harán ir desunidos.
El problema
para la cúpula de PODEMOS es que al otro día de las elecciones, los medios de
comunicación tendrán que mostrar los resultados, agrupando y resumiendo en una
tabla las posiciones alcanzadas por los grupos políticos que concursaron, y
será inevitable que todos los grupos que se presentaron con el sufijo Podemos
(Ganemos, Claro que Podemos, Unidos Podemos, etc.) los presenten como una sola
sigla, las de PODEMOS, ganen o pierdan; para los medios y la gente serán la
misma cosa, aunque se presente como marcas distintas, como sub-marcas.
Posiblemente
ante la disyuntiva de presentarse o no a un ayuntamiento o parlamento, lo más
práctico fue la estrategia de buscarse socios tipo franquiciados junior, pero tratar de colarse sin asumir
consecuencias me temo que no será posible, y como bien dice el refrán “El que
mucho abarca, poco aprieta”, aunque se llame PODEMOS.
Eduardo Guerra B.
Analista
político y representante en España de la empresa Estudios y Organización
Eugenio Escuela.
Twitter:
@eduardoguerrab.
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