¿El humor y el sarcasmo para ganar elecciones?
"La irrisión o burla es una especie de alegría mezclada con odio que nace cuando descubrimos algún pequeño mal en una persona a la que consideramos merecedora de él. Se siente odio por ese mal y alegría de verlo en quien es digno de él".
"La irrisión o burla es una especie de alegría mezclada con odio que nace cuando descubrimos algún pequeño mal en una persona a la que consideramos merecedora de él. Se siente odio por ese mal y alegría de verlo en quien es digno de él".
Descartes
El uso del humor y el
sarcasmo en las campañas electorales no es nuevo, y se podrían comentar muchos
ejemplos, aunque no en todos los casos se ha tenido éxito en su cometido. Y es
que el humor como la risa, no sólo son una manifestación de expresividad y
comunicación, sino que, de acuerdo con distintas investigaciones psicológicas,
son un recurso importante para la salud; por eso siguen de moda las sesiones de
risoterapia.
Como consecuencia
práctica, la receptividad del mensaje humorístico por parte del pueblo es y ha
sido siempre elevada, y esto fundamentalmente por la predisposición del
receptor a su consumo; una predisposición que supera el nivel intelectual para
convertirse en emotivo. En resumen, podríamos
decir que el humor es como el estímulo que transmite un emisor, y la risa es la
respuesta condicionada del receptor; por eso, no es extraño pensar que en
política se logre mucha empatía con un segmento del electorado haciéndolo reír.
¿Y siendo así, por qué
entonces no todos los políticos hacen uso del humor en sus campañas?
Eugenio Escuela, consultor
y estratega político internacional, comentó en su día: “Es fácil, falta
inteligencia, lo que abunda en las campañas políticas es el chiste, que no es
lo mismo…”
Por otro lado, siempre
recuerdo la recomendación que les hace a sus contertulios, el buen amigo, el
escritor Antonio Salazar, en su programa radial “La Gaveta ” cuando les
advierte, que hacer uso del sarcasmo en la radio es muy delicado, porque los
oyentes no siempre entenderán lo que han querido decir.
Y es que, si el contenido
humorístico no está bien pensado, se puede convertir en un boomerang que más
bien logre el rechazo de quien pretendió hacer reír.
En España podemos recordar
que en la campaña electoral de 2008, se destacaron el símbolo de la Ceja (“El
Zejas”) de Zapatero y “La Niña de Rajoy”, donde se vio un mejor uso del humor
por parte de Zapatero que de Rajoy, los que generaron más de 600 vídeos que
circularon por internet. De esa fecha
para acá, programas como “El Intermedio”, que se transmite por la SEXTA TV , se ha mantenido
como uno de los más vistos de esa cadena, y todo en base a la explotación del
sarcasmo y el humor político, sobre todo, tomando como centro de burla en sus
guiones, a los políticos del PP, dada su abierta inclinación y parcialización con
el PSOE.
Apenas hace unos días,
pudimos ver a un Pablo Iglesias (PODEMOS), crecido y con actitud sobrada,
burlándose y mofándose de Pedro Sánchez, en un mitin en el Palacio de Congresos
de Sevilla, a cuento del episodio vivido por Sánchez en Washington, que no
llegó a tiempo a una conferencia porque se perdió, aunque llevaba un GPS en el
coche.
“Lost in USA y probablemente, Loser in Spain” (Perdido en
Estados Unidos y probablemente perdedor en España), bromeó Iglesias y siguió,
“Sabéis que mi serie preferida es, Juego de Tronos, ¿Y la de Pedro Sánchez?
¡Perdidos!”, lo que generó múltiples carcajadas del público que estaba en el
auditorio.
Días después, Pedro
Sánchez le respondió a través del programa “Espejo Público” de Antena 3 TV,
diciendo que “Si Pablo Iglesias quería hacer humor, al menos debería aprender a
sonreír y a decir los chistes bien…”
Obviamente, Pablo Iglesias
utilizó el recurso de un sarcasmo y humor burlón para ganarse al público Sevillano presente, pero
seguramente también se ganó la antipatía de muchos militantes del PSOE, que
vistas las encuestas, ya se veían haciendo pactos con PODEMOS en las próximas
elecciones.
Nos esperan diez meses de
campaña electoral muy ruda, donde el
sarcasmo y el humor seguramente estarán presentes.
El humor en sí es bueno y
recomendable, lo peligroso puede ser su mal uso; lo mejor sería reír con él (La
posible víctima), y no reírse de él… burlándose del adversario.
Eduardo Guerra B
Analista político y
representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.