¿Mentir para ganar las elecciones?
Parte II
Engullimos de un sorbo la
mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga. Denis Diderot
En el Diccionario de
1. f. Expresión o manifestación
contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.
2. f. La que se dice con el fin de servir o agradar a alguien
3. loc. verb. Fingir que se sabe algo, para hacer que lo
manifieste otra persona que tiene noticia de ello.
Mentir, engañar, ocultar, omitir, esconder, falsear, prometer lo
imposible, adornar, maquillar cifras, etcétera, etcétera, son recursos que han
usado y seguirán usando muchos políticos, mandatarios y gobernantes, en su
carrera para llegar al poder; y estas mismas mañas las seguirán usando para
tratar de permanecer en el poder una vez llegan.
Está claro que un candidato no debe, ni puede mentir, pero el
debate va más allá de este principio moral, o de la norma social. El meollo del
asunto, el propio debate, está en la realidad y la falsedad que se está
tratando en la campaña. Porque, si se dicen verdades en la campaña, y esas
verdades son duras y poco agradables, se pueden perder las elecciones, y por
eso hay que adornarlas.
Pero lo más importante no es lo que se dice, sino quién lo dice, cuál
es la talla, el talante y el carisma del candidato, en definitiva, si es un
líder de verdad. Sólo un líder fuerte puede decir verdades y no perder por
haberlo hecho. Son casos excepcionales, líderes que tienen tal poder de
convicción y una credibilidad tal, que aun haciendo un excesivo uso de la
sinceridad y de la verdad, salen ilesos después de decir esa verdades que
duelen. La confiabilidad del candidato es vital, y si la gente cree que éste
siempre dice la verdad, siempre será difícil de derrotar.
Debemos prepararnos para el torneo de mentiras y falsas promesas
que nos dirán este año 2015, año con muchas elecciones.
La cuestión está en cómo saber quién nos miente, o al menos, quién
nos miente más, ya que casi toca admitir que escogeremos entre el menos malo de
los candidatos que se presenten. Quizás habría que acuñar una frase como ésta:
Más vale mentiroso conocido, que mentiroso por conocer…
Pedro Sánchez, el Secretario General del PSOE y posible candidato
a la presidencia del Gobierno de España, decía hace unos días acerca de Pablo
Iglesias, “Miente más que habla”, y es que es tanto lo que ofrece y miente el
líder de PODEMOS, que ya no se acuerda lo que dice.
Y si Pablo Iglesias, es capaz de decir hoy que es un radical de
izquierda, y al cabo de unas semanas se desdice y ahora, milagrosamente, ya no
es de izquierda, sino que es un social demócrata de centro izquierda, es imposible
que Sánchez se quede callado, en vista que la gente de PODEMOS quiere ocupar su
lugar.
Así, como en un torneo, los veremos acusarse de mentir unos a
otros, todos contra todos, de todos los partidos políticos, salvo contadas
excepciones.
Es triste pensar que el ciudadano, el elector, si se deja engañar,
puede terminar por escoger al que mienta mejor, al que diga las mentiras más
complacientes, y de eso PODEMOS estar seguros, que mienten…
Finalmente debemos advertir que no todos los políticos mienten,
que hay excepciones que confirman la regla, y que en muchas ocasiones pagan
justos por pecadores. La democracia no es perfecta, pero sí es perfectible, de
tal manera que por culpa de los mitómanos de oficio, no dejemos de creer en la
política y en la democracia como la mejor manera de vivir en sociedad.
Eduardo Guerra B
Analista político y representante en España de
la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.
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