lunes, 19 de enero de 2015

La abstención, el enemigo público Nº 1 de los partidos políticos del statu quo español.

“Cuando del análisis objetivo de los hechos se produce la abstención electoral, es porque hay una corriente de pensamiento político que no se siente representada por la partitocracia actual”
             José Rodríguez Jiménez

Para los partidos políticos del statu quo español, concretamente el PSOE y el PP, la abstención ha sido un problema relativo en los últimos procesos electorales del país. Las elecciones europeas son las que más abstención concentran, con un 44,09% de media, casi diez puntos más que las elecciones autonómicas y diecisiete puntos y medio más que las elecciones generales (año 2011), y con un 54,42% de media en las europeas del año 2014.

Pero…  ¿Para las elecciones autonómicas/municipales de mayo 2015 y las generales de noviembre (o enero 2016), la abstención tendrá el mismo peso o importancia?
Esta pregunta surge en virtud de los resultados que casi todos los estudios de opinión muestran, y es que la aparición del fenómeno PODEMOS, que divide la tarta, casi a tres partes iguales entre el PP, PSOE Y PODEMOS, hará pensar a los estrategas de las campañas de cada uno,  sobre todo PP y PSOE, en qué acciones tomar para reconquistar nuevamente  los votos de su electorado, esos miles y miles de votantes que han perdido.

Se conoce que los motivos para la abstención lo generan varias causas, a saber:

Ø  Una abstención técnica o estructural, que no es responsabilidad del ciudadano con derecho a voto: enfermedad, ausencia, defectos de la inscripción censal, clima, alejamiento del colegio electoral, etc. Estos motivos en verdad, han tenido y tendrán poco peso en los procesos electorales de España.

Ø  La abstención racional, la que se manifiesta en una actitud consciente de pasividad individual en el acto electoral, que es como un rechazo al sistema político, o que no se identifica con ninguno de los líderes o los programas políticos en la competencia electoral. Estas causas pesan poco en la historia reciente de la democracia en España.

Ø  El abstencionismo apático, motivado por el pasotismo y el mínimo esfuerzo, unido a la falsa creencia de la poca importancia del voto individual y a la ignorancia de las fuertes consecuencias de la abstención.  Podríamos decir que este motivo si tiene algún peso en España.

Ø  El abstencionismo cívico, aquel ciudadano que participa en el acto electoral, pero sin pronunciarse a favor de ninguna de las opciones políticas en pugna, ése que emite su voto en blanco. Podríamos decir que aunque no son muchos los casos, si está presente en la composición abstencionista.

Ø  La abstención por motivos políticos, el dominio de los partidos políticos por muchos años, la desvinculación de éstos de los asuntos de la vida municipal, la falta de transparencia que conlleva a los casos de corrupción, la ausencia de renovación de la clase política, la falta de credibilidad de las fuerzas políticas por el incumplimiento de las promesas electorales, el carácter cerrado de las listas electorales, el descontento por la escasa posibilidad de participación, son factores que influyen en la abstención como forma de castigo. En resumen y dicho claramente, al cabreo de la gente que los motiva a quedarse en su casa, decepcionados y cansados de ser engañados, proceso a proceso, elección a elección.

¿Y cómo motivar de nuevo a los votantes? ¿Cómo hacer para que no se queden en sus casas el día de las votaciones?

La estrategia tiene que ser una combinación que ejecuten las Instituciones del Estado (sobre todo las autoridades electores), los Partidos Políticos, los Medios de Comunicación, los Colegios Profesionales, las Agrupaciones Empresariales y las Figuras Populares Referentes de la sociedad (Artistas, deportistas, etc.)

Suponiendo que todas las causas o clases de abstención que hemos señalado anteriormente estén presentes, está claro que a cada segmento habría que atenderlo con una estrategia específica, de tal manera que la filosofía sea que no se pierda ni un solo voto el día de las elecciones.

Ø  Lanzando una campaña publicitaria masiva invitando a la gente a votar, dándole todos los matices y motivaciones, sean materiales o emocionales.
Ø  Haciendo elecciones primarias en los partidos políticos para elegir sus candidatos. Abriendo las listas a los militantes de cada partido.
Ø  Facilitando el voto al elector, acercándoles la mesa al votante.
Ø  Teniendo un buen censo electoral actualizado.
Ø  Evitando en lo posible las campañas electorales negativas y sobre todo, las campañas negras o sucias.

La abstención es un derecho legítimo del ciudadano, que surge del mismo derecho al sufragio, convirtiéndose mayoritariamente en una opinión más del abanico de opciones, y debe ser respetada por la sociedad. No obstante, en la medida que el elector participe, más posibilidades habrán de armonizar y lograr los consensos que la sociedad requiere.

Finalmente, para el PP y para el PSOE su talón de Aquiles será la abstención de esos votantes que han perdido y que deberán reconquistar si quieren seguir siendo los dos grandes de la política en España.

Eduardo Guerra B.

Analista político y representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.  


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