Si lo seguimos diciendo,
los PODEMOS hacer ganadores, o la teoría del efecto BandWagon.
“Más vale malo
conocido, que bueno por conocer”
Refrán Español.
Desde que irrumpieron en las
elecciones europeas, sorprendiendo a toda España con sus buenos resultados, el
país entero no ha parado de hablar de ellos, de PODEMOS y de Pablo Iglesias.
Y es que al parecer, la opinión pública se ha convertido en una especie de bucle, en el que los medios de comunicación (sobre todo
Todo este ciclo de opinión que se
retroalimenta, y que favorece a PODEMOS, ocurre sin estar en elecciones, sin
ellos haber hecho nada importante, sin haber mandado ni siquiera en un
ayuntamiento…
La verdad, toca admitir que aunque PODEMOS no
haya hecho méritos, los partidos del status quo, sí que han hecho; han cometido
muchos errores, que seguramente pagarán en las urnas de votación.
A todas estas, nos preguntamos, ¿Es PODEMOS
un fenómeno mediático? ¿Están jugando estratégicamente con ser el “Caballo
Ganador”? ¿Se está cumpliendo con ellos el efecto BandWagon?
¿Y qué es el
efecto “BandWagon”?
Es una
técnica de persuasión que sobrevive, un modelo o estrategia muy audaz que mueve
las mentes, induce conductas y arrea las masas. La historia cuenta que en 1848, un músico y
actor neoyorquino llamado, Dan Rice, tenía un vagón donde montaba una banda de
música, que se utilizaba en desfiles y en funciones del circo. Un día se le ocurrió usarla para la campaña
electoral de Zachary Taylor, quien a la postre se convirtió en el 12avo
Presidente de los EE.UU.
A Dan Rice,
se le ocurrió pedirle al Candidato, Zachary Taylor, que se subiera al vagón de
los músicos, para atraer la atención a su persona; luego le pidió al equipo
presidencial más cercano que lo acompañara. A medida que avanzaba la
campaña electoral, el vagón se hizo más popular. A partir de ese momento, Rice, acuñó la frase “Jump into the bandwagon” algo así como “Súbanse al vagón de la banda”.
Dado el éxito, cada vez más, distintos dirigentes políticos se subían al
mismo y lo acompañaban. La gente se divertía observando cada día que un nuevo
dirigente se subía al vagón. Años más tarde, los bandwagons eran pieza
ineludible de toda campaña electoral en Estados Unidos. Así se popularizó la
frase “subirse al carro” para describir la actitud de quienes sólo buscan
asociarse con el éxito de otros, más allá de sus propias convicciones.
Con el tiempo el término se incorporó a las ciencias políticas
y sociales, y hoy por hoy, se entiende que se da el efecto bandwagon cuando un
grupo de votantes se inclina a votar por un candidato si lo perciben como
posible ganador de la elección.
Las razones para que se dé este efecto, puede que sean
múltiples, pero los expertos dicen, “Que
no es que la gente piense que van a votar por ese candidato, es que piensan que
ése seguramente será el ganador. Es más bien, un estado de ánimo colectivo, un impulso ancestral que
parece venir desde el fondo más primitivo de nuestro cerebro. Ese impulso a
seguir a la manada, a dejarnos arrastrar por ella, a dejarnos llevar”. En campañas electorales, puede que el efecto
bandwagon opere sobre la parte menos informada del electorado y con menos
conceptos partidistas e ideológicos. Es muy posible que lo haga sobre un
porcentaje a veces mayor y a veces menor del electorado.
Para complementar la teoría del BandWagon, la fallecida
politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, desarrolló su teoría de “La Espiral del Silencio”.
Según su autora, no es otra cosa que el afán del ser humano por querer evitar a
toda costa el aislamiento o la marginación de la sociedad. La persona es por
naturaleza un ser social y de que sea aceptada o no socialmente, depende gran
parte de su vida. Elisabeth
Noelle-Neumann observó cómo en las elecciones alemanas de 1972, de pronto hubo
un cambio muy importante en la intensión de voto del electorado. Los dos
partidos principales de Alemania iban a la par, los Cristianos-Demócratas y los
Socialdemócratas. Sin embargo, los Socialdemócratas
iban creciendo semanalmente, tomando ventaja. De repente se produjo un fenómeno
el mismo día de las elecciones, la gente saltó al carro del vencedor, en este
caso el de los Cristianos-Demócratas.
¿Cómo pudo suceder aquello?
Para Noelle-Neumann, el clima de opinión depende de quién
habla y de quién permanezca en silencio. En aquellas elecciones unos se
expresaron abiertamente y los otros se marginaron “Esto hizo que la opinión que recibía apoyo explícito pareciera más
fuerte de lo que realmente era y la otra opinión más débil”. Un punto de
vista dominó la escena pública y el otro desapareció; surgió el miedo al
aislamiento y se puso en marcha La Espiral del Silencio.
Las personas que tienen menos confianza en sí mismas y menos interés por la
política son los que con mayor probabilidad participan en un vuelco de última
hora.
Toca advertir que a fin de cuenta, éstas son teorías, que no son leyes
exactas, por eso, por contraparte, el gurú de las campañas electorales, el
fallecido, Joseph Napolitan decía: “La teoría generalmente aceptada
de que mucha gente vota al presunto ganador
de unas
elecciones por estar con quien
gana, es falsa. Muchas campañas
están dedicadas a demostrar que el candidato ganador
es el
suyo. Filtran encuestas a la prensa
demostrando que su
candidato va por delante de
los demás,
esperando que los
electores se movilicen para estar
con el
ganador. De hecho,
ocurre lo contrario. Los seguidores
de un
candidato que no
tiene la victoria asegurada suelen
trabajar más, mientras que los seguidores
del candidato
que tiene
las elecciones
ganadas tienden a confiarse y se movilizan menos”
Todavía estamos a muchos meses de las elecciones, pero realmente desde
las Europeas estamos en plena campaña. Todos los partidos políticos españoles
ya están desarrollando sus estrategias, quizás algunos más que otros, pero en
definitiva todos han movido ficha. Teoría o no, para subirse al “BandWagon” hay
que ser conocidos por la opinión pública, mostrarse ganadores, ofrecer muchas
cosas, salir mucho en los medios. Por otro lado, los partidos del status quo,
un poco por expiar sus culpas (sobre todo la corrupción), han caído en “La Espiral del Silencio” y me
temo que posiblemente así estarán hasta el final.
Finalmente, no descartaría que la cúpula de PODEMOS, seguramente
conocedores de estas teorías, se hayan planteado jugar a esta estrategia,
aunque no dejan de correr riesgos, en la posibilidad que sus bases votantes, por sentirse ganadores, no vayan a sufragar
el día de las elecciones, tal como lo advierte Joseph Napolitan.
Ante tanta incertidumbre, más de uno dirá: “Más vale malo conocido que
bueno por conocer”
Eduardo Guerra B
Analista
político, y representante en España de la empresa Estudios y Organización
Eugenio Escuela.
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